Con la llegada del verano y el incremento de las interacciones sociales, se ha observado un aumento en los casos de enfermedades de transmisión sexual (ETS). Así lo explica Juan Céspedes, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia de Policlínica Gipuzkoa.
Para combatir este incremento, Céspedes destaca la necesidad de utilizar métodos de barrera como el preservativo masculino y femenino, así como las barreras bucales. «El uso de anticonceptivos no previene estas enfermedades; es crucial utilizar siempre métodos barrera», aclara. Además, subraya la importancia de las vacunas, en particular la del Virus del Papiloma Humano (HPV), que está incluida en el calendario vacunal escolar y accesible a todas las edades.
Los datos apuntan a que la franja de edad más afectada por estas enfermedades se sitúa entre los 25 y los 50 años. Las ETS pueden ser causadas por una variedad de agentes, incluyendo virus, bacterias, hongos y parásitos. Céspedes destaca que, aunque el HPV es uno de los patógenos más comunes, los casos de clamidia y gonococo han observado un incremento exponencial en la última década.
Los síntomas de las ETS son diversos, abarcando desde picor y escozor al orinar hasta alteraciones del flujo vaginal, malestar general y fiebre. Ante cualquier síntoma, Céspedes insta a las pacientes a solicitar una cita ginecológica para una evaluación completa y tratamiento si es necesario.
Es importante tener en cuenta que algunas ETS pueden ser asintomáticas. «El caso más habitual es el HPV, que puede permanecer en la vagina o el cuello del útero durante años sin causar problemas inmediatos», explica Céspedes. Para estos casos se ha establecido el Programa de Detección del Cáncer de Cérvix, que busca identificar alteraciones en el cuello del útero lo antes posible.
Céspedes también subraya la diferencia crucial entre Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) y las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). «Una cosa es contraer una infección y otra desarrollar una enfermedad», explica. Aunque ambos términos suelen usarse indistintamente, es importante diferenciarlos.
El diagnóstico de las ETS varía según el patógeno y puede incluir citologías, detecciones de HPV, cultivos vaginales o serologías mediante análisis de sangre. Los tratamientos también varían, desde antibióticos y antifúngicos hasta intervenciones quirúrgicas en casos más graves. Céspedes enfatiza la importancia del diagnóstico precoz para evitar complicaciones.
En resumen, el mensaje de los especialistas es claro: el uso de métodos de barrera y la vacunación son medidas fundamentales en la prevención de las ETS, además de la necesidad de un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado ante cualquier síntoma.