Con la llegada del invierno, los perros pueden ser menos propensos a beber agua debido a la menor sensación de sed que experimentan en el frío, según advierten veterinarios consultados por el diario británico Mirror. Aunque en invierno los canes jadean y sudan menos, lo que ayuda a conservar la humedad, la hidratación sigue siendo vital para regular su temperatura corporal y mantener la salud digestiva. Para fomentar la ingesta de líquidos en estas estaciones frías, se recomienda ofrecer agua tibia o a temperatura ambiente, añadir comida húmeda a su dieta, y colocar bebederos extras en casa. También se sugiere el uso de fuentes para mascotas y juguetes interactivos para hacer el acto de beber más atractivo y divertido para ellos.
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