El concepto de capacidad de carga, originado en la ecología, se aplica ahora a las ciudades, que enfrentan sus límites debido al turismo desmedido. En Valencia, el impacto del turismo se manifiesta en la presión sobre los servicios públicos y el encarecimiento del costo de vida, afectando a la población local y su calidad de vida. La crítica se centra en la falta de límites y estrategias efectivas que prioricen el bienestar de los residentes sobre el beneficio económico de unos pocos. Mientras se discute la ampliación de infraestructuras turísticas, se enfatiza en la necesidad de proteger el tejido social y cultural, evitando la expulsión de los habitantes de sus espacios tradicionales. La propuesta de una tasa turística, rechazada por algunos líderes políticos, se presenta como una herramienta necesaria para equilibrar la situación y garantizar una vida digna en la región.
Leer noticia completa en El Pais.