La Diputación de Málaga ha dado un paso significativo en la identificación del potencial de la bioeconomía circular en la provincia con la presentación del informe ‘BioAction Social Málaga’. Este estudio, elaborado por la Fundación Cesefor, es el primero en su tipo y proporciona un diagnóstico detallado sobre las cadenas de valor de los recursos agroganaderos, forestales e industriales, así como sobre iniciativas tecnológicas innovadoras relacionadas con la bioeconomía circular.
A través de encuestas realizadas a representantes de más de cincuenta ayuntamientos, el informe ha sido capaz de analizar el impacto económico y el potencial de la bioeconomía en diversas comarcas y municipios de Málaga. Francisco Salado, presidente de la Diputación, destacó la importancia de este trabajo durante su presentación, junto a Javier Calvo, jefe de Bioeconomía de la Fundación Cesefor. El informe está disponible en este enlace.
El documento resulta de un protocolo de colaboración firmado en junio del año pasado entre la Diputación y la Fundación Cesefor, entidad sin ánimo de lucro con más de 20 años de experiencia en el desarrollo del sector forestal. La iniciativa refleja un creciente interés entre los alcaldes y técnicos municipales por adoptar modelos económicos que prioricen la sostenibilidad y la innovación.
Durante su intervención, Salado enfatizó que la provincia cuenta con 362.000 hectáreas de patrimonio forestal con potencial en biomasa, madera, corcho, apicultura y micología, subrayando la necesidad de integrar valor añadido a estos recursos, especialmente en la industria del corcho, donde se exporta valor bruto sin transformación local. En el sector agropecuario, la provincia destaca por sus 135.000 hectáreas de cultivos leñosos, incluyendo olivar, viñedos y frutales subtropicales.
El presidente de la Diputación también se refirió a la importancia de fomentar una industria de transformación que optimice recursos en áreas como la madera y la alimentación. Los desafíos incluyen la creación de valor añadido en las cadenas productivas y el impulso a la diversificación industrial, buscando un uso eficiente de los recursos y promoviendo la sostenibilidad.
El informe abre la puerta a la elaboración de una hoja de ruta que busca un triple impacto: económico, mediante la conversión de residuos en riqueza; ambiental, a través de un modelo de economía circular; y social, combatiendo el despoblamiento rural mediante la generación de oportunidades en el ámbito local. Se prevé el desarrollo de un plan de acción orientado a fomentar el emprendimiento social, que será clave para conectar los recursos locales con mercados emergentes y apoyar iniciativas empresariales.
Javier Calvo destacó que la bioeconomía representa una oportunidad real para dinamizar la economía local rural, y el estudio proporciona respuestas a preguntas fundamentales sobre los recursos disponibles en Málaga y su potencial aprovechamiento. Identificando desde biomasa forestal hasta subproductos agrícolas, el informe también considera el papel de las instituciones y centros de investigación en este proceso.
En conclusión, la bioeconomía circular no solo se presenta como una estrategia de desarrollo sostenible, sino también como una respuesta a los retos actuales de la economía local. El presidente Salado concluyó su intervención anticipando que, tras la digitalización, la ‘BioRevolución’ será la próxima ola de transformación que afectará a la provincia, resaltando la implicación de diversos actores locales en la consecución de estos objetivos.
Fuente: Diputación de Málaga.