En México, la combinación de una disminución en la población joven y un crecimiento en la demanda de especialistas en áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) plantea un desafío significativo para el mercado laboral y el desarrollo económico del país. Actualmente, con 31 millones de jóvenes entre 15 y 29 años en una población total de 129.7 millones, el país enfrenta un envejecimiento progresivo, anticipándose que para 2070 la población mayor de 60 años alcance el 34.2%. Este escenario exige el aprovechamiento inmediato del potencial joven para satisfacer la creciente necesidad de talento en proyectos estratégicos de infraestructura y tecnología. La carencia de una formación suficiente en STEM se evidencia con apenas dos de cada 100 personas alcanzando educación superior en estas áreas, a pesar de inversiones educativas y alianzas con industrias tecnológicas, como el Centro de Datos de Amazon Web Services en Querétaro. A la par, el fenómeno del nearshoring potencia a México como socio comercial clave de EE.UU., aunque la retención del talento especializado se ve amenazada por bajos salarios locales. La urgencia de adaptar el sistema educativo para cubrir estas demandas es crucial, dado el riesgo de que la insuficiencia de trabajadores especializados obstaculice inversiones futuras y el crecimiento sostenido del país.
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