El 1 de noviembre de 1755, un potente terremoto con epicentro en el Atlántico desencadenó un tsunami devastador que afectó gravemente a Portugal, especialmente Lisboa, y a las costas andaluzas de Huelva y Cádiz. Este desastre histórico subraya la vulnerabilidad de España a tsunamis, debido a su ubicación en zonas sísmicas entre las placas africana y euroasiática. Recientemente, la Asociación de Ingenieros de Caminos ha destacado la importancia de la preparación frente a estos fenómenos, resaltando que la amenaza no debe subestimarse, especialmente en zonas como el Golfo de Cádiz. En una jornada dedicada al tema, expertos han enfatizado la necesidad de educación y planes específicos, tomando como ejemplo el proyecto TsunamiReady en Chipiona, promovido por la UNESCO. Además, se discute la diferencia en gestión de riesgos entre tsunamis y otros fenómenos como las DANAS. La anticipación y la cooperación institucional son señaladas como claves para una adecuada protección civil.
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