En la última década, la demanda para acceder a estudios de grado ha experimentado un aumento significativo del 26%, contrastando con una ligera reducción del 0,6% en la oferta de plazas públicas disponibles. Esta tendencia refleja un desequilibrio creciente entre la cantidad de estudiantes que buscan ingresar a la educación superior y la capacidad de las instituciones públicas para satisfacer esta demanda, lo que podría tener implicaciones importantes para el futuro del sistema educativo y el acceso a la educación universitaria.
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