El reciente incremento en las primas de seguros de hogar y negocio ha puesto en alerta a los consumidores, quienes se enfrentan a un fenómeno que cuestiona las causas detrás de esta tendencia. Aunque el aumento es leve, las implicaciones son significativas. El principal responsable: el cambio climático. Este fenómeno global está provocando una mayor frecuencia de eventos meteorológicos extremos, como olas de calor, tormentas inesperadas y granizadas severas, situaciones que no solo incrementan el número de siniestros, sino también su gravedad y coste.
Las aseguradoras, buscando cubrir los crecientes daños, se ven forzadas a subir las primas. Este aumento no solo impacta a quienes viven en zonas vulnerables, sino también a aquellos en áreas consideradas de bajo riesgo, debido al alza en el coste de los reaseguros, un gasto que inevitablemente se transfiere a los consumidores.
Para enfrentar este escenario, los asegurados cuentan con diversas estrategias para no sacrificar su cobertura pese al incremento de las primas. La primera recomendación es revisar detenidamente las pólizas. Muchas aseguradoras están ajustando las condiciones, excluyendo ciertos daños derivados de fenómenos extremos. Es fundamental considerar la inclusión de coberturas específicas contra estos eventos o explorar seguros paramétricos, que garantizan pagos automáticos bajo ciertas condiciones climáticas.
Además, implementar medidas de prevención, como la instalación de sistemas antiincendios o cerramientos reforzados, puede resultar en descuentos significativos en las pólizas. Sin embargo, es responsabilidad del consumidor solicitar estos beneficios.
Los expertos ya advierten que las primas de seguros continuarán en alza, proyectando un crecimiento global de hasta un 20% para 2040, impulsado principalmente por el cambio climático. Este aumento no solo afectará a los seguros de viviendas y negocios, sino también a los agrícolas, industriales y de eventos, todos expuestos a los caprichos del clima.
La recomendación principal es mantenerse informado y evaluar cuidadosamente las opciones de seguro disponibles, buscando aquellas que ofrezcan la mejor protección posible ante los desafíos impuestos por el clima cambiante. Mantenerse alerta y proactivo es clave para enfrentar este nuevo panorama donde el clima es protagonista.