En noviembre de 2025, el mercado inmobiliario español vuelve a estar en el centro de atención, al mostrar un aumento en los precios de la vivienda de segunda mano. Según el último informe de la plataforma pisos.com, el precio medio se situó en 2.420 euros por metro cuadrado, lo que representa un salto del 3,04% respecto al mismo mes de 2024. Este incremento, aunque leve frente al mes anterior con un 0,10%, sugiere una tendencia persistente de encarecimiento en el sector.
Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, subraya que el mercado inmobiliario en España enfrenta una clara presión alcista. Este fenómeno no parece mostrar signos de corrección debido a un desajuste notable entre la oferta y la demanda. Factores como la escasez de viviendas disponibles, la concentración de la demanda en áreas urbanas y la escasez de opciones asequibles contribuyen a mantener los precios elevados. Esta situación complica el acceso a la vivienda, especialmente para los jóvenes que buscan adquirir su primera propiedad.
A pesar de una ligera reducción en los tipos de interés hipotecarios, el acceso a financiamiento sigue presentando desafíos. Las entidades bancarias mantienen criterios estrictos, lo que obliga a los potenciales compradores a demostrar una solvencia económica significativa. Así, el volumen de transacciones permanece robusto, impulsado por compradores solventes e inversores, aunque los altos precios desalientan a quienes buscan su primera vivienda.
En términos geográficos, las Islas Baleares se destacan como la región más cara del país, con precios que alcanzan los 5.114 euros por metro cuadrado. Madrid y el País Vasco siguen en la lista de las zonas más costosas. Contrariamente, las regiones de Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León presentan valores considerablemente más económicos. Madrid es la comunidad autónoma con el mayor incremento interanual en precios, mientras que Extremadura experimenta la mayor reducción.
A nivel de provincias, Vizcaya lidera con un incremento del 7,24% anual, mientras que Huesca muestra la mayor caída con un 17,63% menos. Baleares, de nuevo, encabeza la lista de provincias más caras, en contraste con Ciudad Real, que tiene los precios más bajos. En cuanto a las capitales provinciales, Toledo experimenta el aumento más acentuado, mientras que Valladolid enfrenta la mayor caída. Donostia-San Sebastián se mantiene como la capital más cara del país, y Jaén se sitúa como la más asequible.
Estos datos reflejan un mercado inmobiliario en transformación, donde las dinámicas económicas y sociales juegan un papel crucial en la configuración de los precios, dejando en evidencia las disparidades regionales y el desafío continuo del acceso a la vivienda en España.








