En España, aunque la presencia de mujeres en puestos directivos ha alcanzado un 16,9% en 2025, igualando casi los niveles más altos registrados, la brecha salarial con respecto a sus homólogos masculinos ha vuelto a aumentar, alcanzando el 12,9%. Un estudio de Eada e Icsa muestra que mientras la participación femenina en puestos de responsabilidad ha aumentado, sus salarios todavía no reflejan igualdad. Factores como la negociación laboral donde las mujeres priorizan la flexibilidad sobre el salario, y la menor remuneración en áreas dominadas por mujeres, contribuyen a esta disparidad. A esto se suma una representación femenina mucho menor en puestos estratégicos, como la dirección general e IT. Los autores del estudio subrayan que, pese a que la capacitación femenina es suficiente, persisten sesgos sociales que afectan la equidad. Además, advierten que un clima político y empresarial menos favorable a la diversidad podría desacelerar o incluso revertir los avances hacia la igualdad. La falta de transparencia salarial y el escaso cambio en las responsabilidades domésticas son barreras a superar para lograr una paridad real.
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