El partido entre Independiente y Universidad de Chile en Buenos Aires por la Copa Sudamericana fue suspendido debido a violentos disturbios entre las hinchadas, dejando decenas de heridos. La mala organización y la falta de acción policial permitieron que los incidentes se intensificaran, con hinchas chilenos arrojando objetos y provocando enfrentamientos con los locales. El embajador de Chile reportó un herido grave. El presidente chileno, Gabriel Boric, denunció la irresponsabilidad en la organización del evento y resaltó la necesidad de sanciones. Unos 350 hinchas chilenos fueron detenidos, mientras que la CONMEBOL informó la cancelación del partido y la apertura de una investigación.
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