La interacción creciente entre humanos y chatbots ha generado un intenso debate sobre la naturaleza de las expresiones producidas por estas tecnologías. A medida que las capacidades conversacionales de los chatbots siguen avanzando, también lo hace la tendencia a considerarlos como entidades pensantes, lo que podría dar lugar a errores significativos, especialmente en ámbitos legales.
Recientemente, la Electronic Frontier Foundation (EFF) y el Centro para la Democracia y la Tecnología (CDT) presentaron un escrito de amicus curiae en el caso Garcia v. Character Technologies. Este documento aborda aspectos relacionados con la libertad de expresión vinculados a las respuestas generadas por chatbots. Un punto central es la posible censura gubernamental de chatbots críticos con la administración o que presenten perspectivas divergentes, si sus producciones no son consideradas protegidas por la Primera Enmienda.
El escrito enfatiza que las salidas de los chatbots no son meramente automáticas, sino reflejo de decisiones humanas en distintos niveles. Durante el aprendizaje por refuerzo, los desarrolladores pueden influir en las respuestas, como al alinearlas con el consenso científico sobre el cambio climático. Así, tanto los inputs como las instrucciones de los usuarios influyen en los resultados de las interacciones con estas herramientas.
Además de la libertad de expresión, se destaca el derecho de los usuarios a recibir información, protegido incluso si no existe un derecho independiente del hablante. Esto significa que los usuarios tienen derecho a la información proporcionada por los chatbots, un acceso que podría peligrar si sus respuestas no estuvieran protegidas.
Es esencial regular el uso de chatbots para abordar posibles daños, pero la regulación debe evitar restringir indebidamente el derecho a expresarse o recibir información a través de ellos. Se espera que el escrito de la EFF y el CDT aporte claridad al tribunal, especialmente dado que el juez ha decidido no enviar la cuestión a apelación por el momento.