Inmigrantes en el centro de detención Delaney Hall en Newark, Nueva Jersey, se amotinaron este jueves por la falta de alimentos y las malas condiciones, logrando que cuatro escaparan. La instalación, recientemente inaugurada bajo la administración Trump, ha sido foco de protestas continuas por parte de organizaciones y activistas. Tras 20 horas sin comida, los detenidos derribaron una pared y rompieron ventanas. La policía respondió con gas pimienta, y a la noche, las manifestaciones se intensificaron fuera del centro, resultando en enfrentamientos y uso de gas contra activistas. El alcalde Ras Baraka, crítico del centro, expresó preocupación por la situación, que aborda problemas de supervisión y derechos humanos. Las visitas de abogados y familiares permanecen canceladas mientras las organizaciones exigen respuestas y mejorías inmediatas.
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