En un esfuerzo por mejorar la calidad de vida de las personas con diversidad funcional en Tenerife, el proyecto ‘Ver para Crecer’ ha realizado una significativa contribución en el ámbito de la salud visual. Ópticos-optometristas voluntarios se desplazaron al Centro Psicopedagógico del Área de Discapacidad de San Juan de Dios para examinar a noventa personas, en lo que representa la tercera misión óptica sobre el terreno de la Fundación Cione Ruta de la Luz en Canarias.
Durante la jornada, ocho voluntarios, incluidos tres ópticos especializados, llevaron a cabo evaluaciones detalladas de los beneficiarios con edades que oscilaban entre los 17 y los 80 años. Los resultados de estas evaluaciones indicaron un alto porcentaje de necesidad de correcciones visuales, destacando la importancia de la iniciativa. Esta actividad permitió atender una necesidad básica significativamente ignorada en el colectivo de personas con diversidad funcional.
La psicóloga del centro, Delioma Hernández, enfatizó la relevancia de estas revisiones dentro del modelo centrado en la persona, especialmente para aquellos con dificultades de comunicación. Cristina López-Mora, gerente de la Ruta de la Luz, elogió la dedicación y empatía de los voluntarios, quienes superaron el desafío de trabajar con usuarios con limitaciones comunicativas, logrando así una jornada exitosa.
Antonio Pérez, coordinador del Área de Discapacidad, reafirmó el compromiso de seguir brindando bienestar a los usuarios del centro, mientras que María de la Rosa, directora de Discapacidad y Solidaridad, expresó su agradecimiento a la Fundación Cione por su labor desinteresada. Los testimonios de los profesionales involucrados reflejaron la importancia de esta acción, donde el óptico Borja Castrillón destacó el impacto emocional de la experiencia al ver las reacciones de los beneficiarios al recibir una solución tangible a sus problemas de visión.
El proyecto ‘Ver para Crecer’ no solo proporciona gafas de forma gratuita a quienes no pueden costeárselas, sino que representa un puente solidario y un compromiso activo para mejorar las condiciones de vida de individuos en situación de vulnerabilidad. A través de esta labor, se valida la importancia de la salud visual como una necesidad fundamental, que, una vez cubierta, puede transformar vidas y fomentar la inclusión social.
