Agentes de la Unidad Central Especial 3 (UCE 3) de la Policía Nacional, dedicada a combatir sectas, movimientos racistas, xenófobos y antisistema, fueron enviados especialmente desde Madrid en una operación que ha sido calificada por algunos como «matar moscas a cañonazos». Esta intervención ha levantado críticas debido a la percepción de un enfoque desproporcionado frente a la amenaza que se pretendía mitigar. La experiencia y los recursos de la UCE 3 suelen reservarse para situaciones de alta complejidad y riesgo, lo que ha generado debate en torno a la justificación de su despliegue en esta ocasión.
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