El presidente sirio, Bachar al Asad, enfrenta un momento crítico tras el anuncio de la coalición insurgente, liderada por islamistas y respaldada por Turquía, sobre la captura de Homs, la tercera ciudad más grande de Siria. El portavoz de la alianza, coronel Hasan Abdel Ghani, comunicó la «completa liberación de la ciudad», aunque el Ejército sirio, respaldado por la agencia estatal SANA, niega la caída del enclave asegurando que la situación es «segura y estable». A pesar de las declaraciones oficiales, Al Jazeera ha reportado celebraciones en Homs, con manifestantes exigiendo la renuncia de Al Asad en la simbólica «rotonda del reloj», lugar de una masacre en 2011. La confirmación del control rebelde sobre Homs significaría un duro golpe para el gobierno de Damasco, amenazando su conexión con las ciudades mediterráneas y complica la situación estratégica del régimen sirio y su aliado ruso.
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