En un esfuerzo por integrar la sabiduría ancestral con la tecnología de vanguardia, la inteligencia artificial (IA) se está posicionando como un aliado innovador para la medicina tradicional. Una reciente presentación en la Cumbre Global «AI for Good», llevada a cabo en Ginebra, mostró cómo la colaboración entre la inteligencia artificial y la medicina tradicional podría transformar la atención médica en todo el mundo. El informe, impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), destaca esfuerzos globales para una atención médica más accesible, segura y personalizada.
El informe se enmarca en la Iniciativa Global sobre IA para la Salud, que busca guiar el uso responsable de la tecnología en las comunidades mientras se salvaguarda la soberanía sobre los datos y el conocimiento ancestral. Las aplicaciones de IA ya son evidentes en lugares como India, donde algoritmos ayudan en diagnósticos de la medicina ayurvédica, y en África, donde modelos de aprendizaje automático facilitan la identificación de plantas medicinales. En Corea del Sur, la IA está siendo utilizada para analizar compuestos tradicionales con potencial en el tratamiento de enfermedades comunes.
Seizo Onoe de la UIT subrayó la necesidad de soluciones tecnológicas que proporcionen beneficios de manera segura, eficaz y ética. La creación de tecnologías que involucren a las comunidades es primordial. Iniciativas como la Biblioteca Digital del Conocimiento Tradicional de India y la Biblioteca Virtual de Salud en América Latina son ejemplos de cómo la IA puede preservar el conocimiento ancestral y fomentar colaboraciones justas.
Edward Kwakwa de la OMPI destacó la importancia de la propiedad intelectual en este proceso de integración, asegurando que el conocimiento de los pueblos indígenas esté protegido y sea una fuente de beneficio para ellos. El informe enfatiza la necesidad de marcos legales y modelos de gobernanza que respeten la soberanía de los datos indígenas, garantizando un consentimiento informado y libre de las comunidades involucradas.
Aunque el potencial económico de la integración de IA en la medicina tradicional es prometedor, con el mercado global alcanzando posiblemente los 600.000 millones de dólares en 2025, el estudio advierte sobre el peligro de una nueva forma de explotación tecnológica. Yukiko Nakatani de la OMS resalta que las comunidades deben ser activas protagonistas en este proceso de convergencia, no meros observadores.