El gigante estadounidense de semiconductores Intel ha anunciado la eliminación de entre el 15% y el 20% de su plantilla en la división de fábricas, una medida que afectará especialmente al epicentro productivo de la empresa en Oregón. Esta reestructuración masiva podría redundar en la pérdida de más de 10,000 puestos de trabajo a nivel global, sumándose a los 15,000 despidos ya ejecutados durante 2024.
La decisión, comunicada a través de un correo interno de Naga Chandrasekaran, vicepresidente de manufactura de Intel, responde a la necesidad de recuperar rentabilidad y asegurar la viabilidad de la empresa ante una caída sostenida de ingresos. La competencia en los mercados de PC y centros de datos, combinada con el retraso frente a rivales como TSMC y NVIDIA en el desarrollo de chips para inteligencia artificial, ha presionado a la compañía para tomar estas medidas.
Varias son las razones detrás de estos recortes: estancamiento de ventas en sectores clave, fracaso en la producción de chips avanzados, complejidad organizativa y la incertidumbre en torno a subvenciones federales que están bajo revisión por la administración Biden. Los 7,900 millones de dólares en ayuda federal que recibió Intel enfrentan ahora una evaluación que complica la expansión y pospone proyectos como la nueva fábrica en Ohio hasta 2030.
El impacto más significativo se sentirá en Oregón, donde Intel no solo es el mayor empleador privado, sino también uno de los motores de la economía local. La incertidumbre sobre la futura expansión de Intel pone en riesgo incentivos por 115 millones de dólares que el estado había aprobado.
Estos despidos no se limitarán a operarios, sino que también afectarán a ingenieros y técnicos en la división Foundry. Intel descarta planes de bajas voluntarias, optando por recortes selectivos basados en la relevancia estratégica y el desempeño. El nuevo CEO, Lip-Bu Tan, enfatiza la necesidad de agilizar procesos y enfocarse en áreas de potencial futuro.
A pesar de los anuncios, Intel sigue comprometida con retener y atraer talento en ingeniería, crucial para mantener su competitividad en un mercado que evoluciona rápidamente. La noticia llega en un momento de inestabilidad para la industria de semiconductores en EE. UU. Aunque las acciones de Intel subieron un 3% como respuesta positiva del mercado, el panorama a largo plazo de la empresa y su influencia en el ecosistema tecnológico permanecen sujetos a incertidumbres y presiones competitivas.
