El cerco sobre Los Chapitos, facción del Cártel de Sinaloa liderada por los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán, se estrecha con la reciente captura en Culiacán de dos de sus principales colaboradores, José Ángel Canobbio, alias «El Güerito,» y Kevin Alonso Gil, alias «El 200». Estas detenciones, encabezadas por el Ejército y enmarcadas en una serie de operaciones de alto perfil, debilitan notablemente la estructura del grupo criminal, que ha visto caer a 51 de sus integrantes desde septiembre. Las capturas también alimentan la narrativa de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien pone de relieve los esfuerzos contra el narcotráfico ante la presión de Estados Unidos, y se insertan en el contexto de la feroz guerra interna que enfrenta a Los Chapitos con la facción liderada por Ismael Zambada Sicairos. La caída de Canobbio, cerebro financiero y operativo de Iván Archivaldo Guzmán, supone un golpe sustancial a las actividades de tráfico y seguridad de Los Chapitos. Mientras tanto, con varios de sus líderes detenidos o muertos, el grupo se sostiene únicamente en Iván y Jesús Alfredo Guzmán, los últimos hijos del Chapo que permanecen libres.
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