Un reciente bombardeo israelí en Siria ha dejado al menos 41 muertos y 50 heridos, marcando uno de los ataques más mortales desde el inicio de la guerra en Gaza, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. La agencia de noticias estatal siria Sana reportó 36 fallecimientos. El ataque, que tuvo lugar en Palmira y afectó diversos edificios, enfatiza la creciente frecuencia de las incursiones israelíes en Siria para frenar el flujo de armas hacia Hezbolá. A pesar de las pérdidas, el régimen de Bashar al-Asad ha mantenido un perfil bajo, centrado más en fortalecer sus lazos diplomáticos con Rusia y los países del Golfo que en responder militarmente a Israel. Las operaciones israelíes han inclinado sus esfuerzos a desmantelar las rutas de contrabando y atacar a milicianos vinculados a Irán y otros grupos armados. Desde el inicio del año, el Observatorio ha registrado 152 ataques israelíes en Siria, que resultaron en la muerte de 303 combatientes y 62 civiles. La estrategia de Israel se intensifica ante la inacción siria, permitiendo incursiones casi diarias que alcanzan incluso la capital, Damasco.
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