En Chełm, Polonia, una excavación arqueológica desveló un misterioso lugar de enterramiento del siglo XIII, revelando las creencias medievales sobre lo sobrenatural. Durante la renovación de una valla en un antiguo palacio episcopal, los restos de dos niños fueron descubiertos, uno de los cuales presentaba características de un «entierro vampírico». Este fenómeno implica rituales destinados a evitar la resurrección de los muertos, ilustrado por un cráneo separado y piedras sobre el torso del niño. Supervisado por el arqueólogo Stanisław Gołub, el hallazgo fue realizado en una zona sin cementerios conocidos, planteando preguntas sobre posibles áreas de enterramiento no documentadas en esta región histórica y culturalmente rica.
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