El derbi entre el Oviedo y el Sporting de Gijón, celebrado en el estadio Carlos Tartiere por la jornada 22 de Segunda División, se destacó nuevamente por su tensión al ser interrumpido por el lanzamiento de objetos al campo. El árbitro detuvo el juego en el minuto 40 después de que los jugadores del Sporting, Guille Rosas y su capitán Cote, fueran objeto de ataques con bolas del tifo. Ante la imposibilidad del equipo visitante de continuar con normalidad, Sesma Espinosa, el colegiado, decidió enviar a los futbolistas a los vestuarios. A través de la megafonía y los videomarcadores, se advirtió a la afición local que una repetición de estos actos resultaría en la suspensión definitiva del encuentro. Tras unos 15 minutos de interrupción, el partido se reanudó sin más incidentes y continuó con normalidad.
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