En un movimiento descrito como «altamente excepcional», el Gobierno de los Países Bajos ha decidido tomar el control del fabricante de semiconductores Nexperia, propiedad de la firma china Wingtech. La decisión busca proteger el suministro europeo de chips y salvaguardar la seguridad económica del bloque. Esta medida, sustentada en la Goods Availability Act, permite una intervención directa en circunstancias extraordinarias para asegurar bienes críticos.
El Gobierno neerlandés detectó «graves deficiencias de gobernanza» en Nexperia, que ponían en peligro la continuidad de tecnologías esenciales. Vincent Karremans, ministro de Asuntos Económicos, ahora posee la autoridad para revertir o bloquear decisiones corporativas que representen riesgos para la empresa en Europa.
Wingtech ha manifestado su intención de explorar acciones legales y buscar respaldo gubernamental tras la intervención, lo que provocó una caída del 10% en sus acciones en la bolsa de Shanghái. Mientras tanto, Nexperia reafirma que cumple con las normativas vigentes sin ofrecer más comentarios.
Este acontecimiento se desarrolla en un contexto geopolítico complicado. Recientemente, Estados Unidos incluyó a Wingtech en su «entity list», dificultando las exportaciones a la empresa china. Además, Nexperia enfrentó desafíos en el Reino Unido, donde se le obligó a desinvertir en una planta por preocupaciones de seguridad.
La Goods Availability Act permite que el Gobierno adopte medidas extraordinarias cuando la seguridad económica está en riesgo. En este caso, se activó por preocupaciones sobre la gobernanza de Nexperia y la posible indisponibilidad de chips críticos. Sin embargo, se ha subrayado que la producción puede continuar con normalidad, y la medida no implica una expropiación.
El contexto internacional añade una capa de complejidad. Las relaciones entre la Unión Europea y China han estado tensas debido a investigaciones comerciales y la postura de Pekín respecto a Rusia. Nexperia es clave en la producción de chips para automoción y electrónica, sectores que sufrieron interrupciones durante la crisis de semiconductores.
Desde la perspectiva de Bruselas, asegurar capacidades tecnológicas en suelo europeo es crucial. Aunque no se menciona explícitamente, esta intervención se alinea con iniciativas como el Chips Act, que busca una mayor vigilancia sobre adquisiciones en sectores estratégicos.
Este movimiento neerlandés podría provocar reacciones en China, que podría ver la intervención como proteccionismo. Además, la caída de Wingtech refleja inquietud en el mercado. A largo plazo, otros países europeos podrían inspirarse en este precedente para proteger sus activos estratégicos.
La duración de esta intervención y los criterios de salida aún no están claros. Sin embargo, el caso Nexperia destaca la importancia de preservar la seguridad económica en Europa, un mensaje relevante en un contexto donde el sector de semiconductores está profundamente influenciado por consideraciones geopolíticas.