En un esfuerzo por arrojar luz sobre una cuestión poco discutida, INTIMINA, empresa dedicada al cuidado de la salud íntima femenina, revela la complejidad de la menstruación en hombres trans y personas no binarias asignadas mujer al nacer. La empresa busca desmitificar y visibilizar esta experiencia, que a menudo se vive con malestar y disforia.
El 23% de los hombres trans evita centros sanitarios por temor a un trato irrespetuoso, según datos del American College of Obstetricians and Gynecologists (2021). Además, más de la mitad ha enfrentado microagresiones por parte del personal médico. A pesar de la terapia con testosterona, un tercio de los hombres trans puede seguir ovulando o experimentar sangrados irregulares.
Para muchos de ellos, la menstruación es una experiencia emocionalmente cargada, que puede provocar ansiedad o depresión, y ser un recordatorio constante de una identidad de género no deseada. Ethan Alcaraz, actor y docente, describe este proceso como una fuente de dolor físico y emocional antes de su tratamiento hormonal, resaltando las dificultades asociadas a productos diseñados para mujeres cis.
Hugo Marlo, cantante y activista, comparte un testimonio similar, destacando la vergüenza impuesta por las normas sociales que asocian la menstruación con la feminidad. Marlo enfatiza la importancia de los productos menstruales inclusivos, proponiendo alternativas como bragas menstruales, más cómodas para hombres trans.
Desde una perspectiva médica, la Dra. Mercedes Herrero, ginecóloga y colaboradora de INTIMINA, señala que mientras la testosterona provoca amenorrea en la mayoría de los casos, no siempre elimina la ovulación, lo que puede implicar un impacto emocional significativo. Es crucial, afirma, adaptar los tratamientos médicos a las necesidades de cada individuo.
La llamada a la inclusión se extiende también al marketing de productos menstruales, que según Alcaraz, sigue centrado en las mujeres cisgénero. Una inclusión genuina en el mercado podría normalizar la experiencia de hombres trans y personas no binarias que menstrúan, concluye Marlo, subrayando la necesidad de reconocimiento de estas realidades diversas en una sociedad más comprensiva y equitativa.