En la película «Cónclave», uno de los principales candidatos estadounidenses al papado utiliza tácticas oscuras para obtener apoyo entre sus colegas cardenales, ofreciendo cargos en intercambio por votos. Descubierto durante una cena, es acusado de «simonía», pecado relacionado con la venta de bienes espirituales. Esta trama refleja las tensiones reales del cónclave siguiente a la muerte de Francisco, marcado por divisiones entre reformistas y conservadores, y los escándalos de pederastia. Además, surgen rumores dañinos y desinformación, especialmente en torno a candidatos destacados como Pietro Parolin. La política vaticana y las dinámicas de poder se entrelazan con intrigas y maniobras previas al proceso de elección, donde el papel del Espíritu Santo es visto de manera flexible por figuras del clero. La elección presenta desafíos en un contexto global lleno de populismos y crisis internas de la Iglesia.
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