Irak ha vuelto al foco internacional con la retirada de las tropas estadounidenses y las elecciones legislativas, que podrían redefinir su relación con Irán. Tras años de influencia iraní a través de partidos y milicias chiíes, el retiro militar estadounidense y el panorama electoral han generado tensiones políticas, evidenciando la debilidad de Irán en la región. Mientras Israel ha debilitado las milicias respaldadas por Teherán en otros países, Irak, fuera del conflicto directo, se enfrenta a su propia dinámica interna. Las divisiones chiíes en las elecciones reflejan el intento del primer ministro de desmantelar estos grupos armados. El desenlace electoral determinará la extensión de la influencia iraní y alterará el equilibrio de poder en Oriente Próximo.
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