Israel ha lanzado un ataque masivo sobre Irán, denominado Operación León Creciente, con el uso de unos 200 aviones sobre objetivos nucleares y militares en Teherán. Este ataque, justificado por el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu como un intento de evitar que Irán adquiera armas nucleares, ha resultado en la muerte de figuras clave como el general Hossein Salami, líder de la Guardia Revolucionaria iraní. Como respuesta, Irán ha prometido un contraataque severo, lanzando un centenar de drones hacia Israel. El líder supremo iraní, Ali Jameneí, ha prometido represalias mientras que ambas naciones mantienen su espacio aéreo cerrado. Estados Unidos, informado previamente, se ha mantenido al margen y subraya que su prioridad es proteger a sus fuerzas en la región. La comunidad internacional observa con preocupación el incremento de las tensiones, que amenaza con desestabilizar aún más la región.
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