El ejército israelí acusa al grupo chií de violar la tregua al continuar con el rearme y mantener su arsenal, señalando un posible aumento de tensiones en la región. Por su parte, los líderes del grupo defienden su derecho a la autodefensa y se muestran firmes en su negativa a cualquier tipo de negociación diplomática, complicando los esfuerzos por alcanzar una solución pacífica.
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