Las fuerzas de Tel Aviv han lanzado un ataque de gran intensidad contra objetivos simbólicos en Teherán, centrando sus esfuerzos en la cárcel de Evin, conocidas instalaciones de la Guardia Revolucionaria, y la sede de las milicias responsables de la represión de protestas. Estos ataques subrayan las crecientes tensiones en la región y suponen un golpe directo a las infraestructuras clave del régimen iraní, en un contexto de inestabilidad y confrontación continuada.
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