El Gobierno de Israel ha acusado a España de liderar una «cruzada anti-israelí», evocando la historia de la Inquisición y la expulsión de los judíos en 1492 como armas retóricas. Este enfrentamiento ocurre en el contexto de una prolongada operación militar en Gaza, criticada internacionalmente y vista por muchos españoles como genocidio. Las relaciones entre ambos países se tensan mientras España, con un enfoque crítico hacia Israel, es considerada un territorio hostil según Tel Aviv. En España, la opinión pública mayoritariamente propalestina y el reconocimiento histórico de injusticias contra los judíos impulsan el debate sobre su postura en el conflicto.
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