La situación en Siria se agrava tras la salida de Bashar Asad a Rusia, con Damasco y otras ciudades bajo intensos bombardeos israelíes. Israel ha lanzado ataques aéreos contra infraestructuras militares sirias, afirmando que su objetivo es debilitar el suministro de armas de Irán a Hizbulá. Las operaciones incluyen la destrucción de depósitos de armas y sistemas defensivos, aprovechando la inoperancia de los sistemas rusos de defensa aérea. La incursión militar israelí también afecta a la zona de separación en los Altos del Golán, aumentando las tensiones en una región históricamente conflictiva. La comunidad internacional observa con preocupación este nuevo episodio de violencia en el Medio Oriente.
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