Un sofisticado esquema de reventa de entradas ha emergido en el acceso al Parque Arqueológico, donde se utilizaban bots para adquirir boletos de manera masiva, dejando a los turistas sin otra opción que recurrir a plataformas de reventa con precios inflados. Esta práctica no solo genera una barrera económica para los potenciales visitantes, sino que también subraya la necesidad de establecer mecanismos de control más estrictos para proteger a los consumidores de estas tácticas abusivas que distorsionan el acceso justo y equitativo a sitios de interés cultural y turístico.
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