A partir de ahora, los migrantes considerados «no vulnerables» serán trasladados al puerto de Shëngjin, en Albania, para su desembarco. Esta decisión, alineada con políticas migratorias más estrictas en Europa, busca gestionar de manera más eficaz el flujo de personas que llegan a las costas italianas. Shëngjin se convertirá en un punto clave para la recepción de estos migrantes que no cumplen con ciertos criterios de vulnerabilidad, permitiendo a Italia aliviar la presión en sus instalaciones de acogida. Esta medida se enmarca en un contexto más amplio de colaboración internacional para abordar los desafíos de la migración en la región.
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