El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, delegó a su esposa, Jill Biden, la dirección de su primera reunión de Gabinete en casi un año, en la que se abordó la financiación de programas de salud para la mujer. La ausencia de Biden, atribuida a sus problemas de salud y cognitivos, ha sido motivo de críticas y escepticismo, especialmente tras su decisión de renunciar a la carrera presidencial. Mientras Jill Biden destacaba la importancia de la iniciativa, la Casa Blanca continúa en su esfuerzo por manejar y encubrir la situación crítica del presidente. La participación de la primera dama ha sido vista como una muestra de compromiso, aunque también ha avivado las críticas republicanas, como la del representante Randy Weber, quien cuestionó la capacidad de Biden. En paralelo, Biden comentó brevemente sobre las complejas negociaciones de alto el fuego entre Israel y Hamás, en un contexto de creciente tensión en Oriente Medio.
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