En un inesperado giro en la política internacional, las naciones del G20 han acordado implementar medidas conjuntas para combatir el cambio climático tras intensas negociaciones en la cumbre de este año. El acuerdo incluye compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la inversión en energías renovables, un pacto celebrado por organizaciones ecologistas y criticado por algunos líderes empresariales que advierten sobre posibles impactos económicos. Este consenso refleja una creciente presión global para abordar los desafíos ambientales urgentes mientras las economías buscan equilibrar crecimiento y sostenibilidad.
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