El fallecimiento del Papa Francisco I este lunes ha dejado a la comunidad católica en un periodo de reflexión y transición. A pesar de su breve retorno al Vaticano tras meses de enfermedad, su salud no había mejorado lo suficiente, siendo su última aparición pública el pasado Domingo de Resurrección, donde saludó a miles de fieles, aun con signos de convalecencia. En este momento crítico, el cardenal estadounidense Kevin Joseph Farrell, nombrado camarlengo por el propio Francisco en 2019, asume un papel crucial. Farrell, de origen irlandés, será responsable de sellar los aposentos papales, verificar la muerte del pontífice y supervisar el período de interregno hasta la elección del nuevo Papa, prevista entre el 6 y el 11 de mayo. Este proceso involucra la planificación del cónclave, que será presidido por el cardenal italiano Fernando Filoni, con el objetivo de elegir al próximo líder de la Iglesia católica.
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