Tres meses después del derrocamiento de Bashar Asad, Siria avanza hacia la reunificación territorial tras 14 años de guerra civil con un acuerdo histórico firmado por el actual líder del país, Ahmed al Sharaa, y las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF). Este pacto garantiza un cese del fuego y asegura los derechos de las comunidades kurdas como parte del Estado sirio. Con el apoyo kurdo, Damasco integra las instituciones civiles y militares del noreste sirio, incluida la administración de recursos estratégicos como yacimientos de petróleo y gas. En medio de la violencia sectaria en Latakia y Tartús, las SDF, respaldadas por Estados Unidos, ofrecen su apoyo al gobierno sirio contra las milicias leales a Asad, rechazando discursos de odio y promoviendo la unidad nacional.
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