En medio de una creciente presión por los casos de corrupción que rodean tanto a Ferraz como a La Moncloa, los socialistas están apostando por enfocar el debate público en temas económicos, con el objetivo de minimizar el impacto de estos escándalos en la percepción pública y evitar un desgaste político significativo. Esta estrategia busca desviar la atención hacia logros y propuestas económicas, intentando que estos temas dominen la agenda mediática y política, mientras se gestionan internamente las implicaciones y consecuencias de los casos de corrupción.
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