En Marruecos, una lucha interna entre dos poderosos servicios de inteligencia, la DGST y la DGED, ha salido a la luz con acusaciones de corrupción y narcotráfico. La disputa, vinculada a la sucesión del rey Mohamed VI, se intensificó tras la huida de Mehdi Hijaouy, ex número dos de la DGED, quien posee secretos comprometedores del Estado. Las tensiones han creado una incertidumbre política, alimentando rumores de conspiraciones internacionales mientras las dos agencias se enfrentan por el control del aparato de seguridad y la influencia económica en el país.
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