La relación entre humanos y perros ha evolucionado desde la domesticación inicial, hace miles de años, hasta convertirse en una conexión profundamente emocional. Recientes estudios sugieren que estamos presenciando una «tercera ola de domesticación», donde los perros se adaptan a estilos de vida más sedentarios, mostrando cambios hormonales y genéticos. Esta adaptación busca satisfacer el deseo por mascotas más tranquilas y sociables. Sin embargo, el cambio cultural y social plantea desafíos para el bienestar de los canes, con problemas como la sobreprotección y la falta de ejercicio, pudiendo llevar a comportamientos problemáticos y al abandono. Se hace un llamado a los propietarios para que sean conscientes de las necesidades naturales de sus mascotas, ya que su bienestar depende en gran medida de la educación y cuidado brindados.
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