Cristina Fernández de Kirchner, ex presidenta de Argentina, ha sido condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua por corrupción en la concesión de obras públicas, tras una decisión unánime de la Corte Suprema. Aunque podría cumplir arresto domiciliario debido a su edad, este fallo histórico la deja fuera del panorama político. Fernández ha criticado el fallo judicial, llamándolo una maniobra del «Partido Judicial» contra el voto popular. El caso, sin precedentes en Argentina, provoca una respuesta dividida: mientras que el presidente Javier Milei celebra la decisión, sindicatos y agrupaciones kirchneristas organizan protestas. La situación mantiene al país en una tensa expectativa política y social.
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.