La crisis de vivienda en Estados Unidos está provocando un notable movimiento de población desde grandes ciudades dominadas por demócratas hacia suburbios de tendencia republicana, lo que podría influir de manera significativa en las próximas elecciones presidenciales. Este fenómeno, motivado por los altos precios de la vivienda en lugares como California y Nueva York, está reconfigurando el mapa político en estados clave como Georgia, Michigan, Pensilvania y Wisconsin. A su vez, otros estados como Arizona y Nevada, que históricamente se inclinaban por los republicanos, están viendo un aumento en el apoyo a los demócratas debido a este desplazamiento poblacional. Con las elecciones acercándose y un contexto de viviendas inasequibles agravado por la pandemia y el teletrabajo, la movilización de votantes podría ser decisiva. Además, la vicepresidenta Kamala Harris está intentando capitalizar esta coyuntura presentándose como una defensora de soluciones habitacionales, buscando garantizar un acceso más justo a viviendas asequibles.
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