Rossy de Palma se unió a la travesía de Jesús Calleja en Egipto, donde ambos reflexionaron sobre la vida y el paso del tiempo a bordo de un barco. La actriz, al cumplir 60 años, compartió sentirse «reseteada», expresando su deseo de disfrutar una década hedonista y explorar «la juventud de la vejez». Al preguntarle Calleja sobre la vejez, De Palma respondió que su curiosidad innata es lo que la mantiene joven. Durante la conversación, la actriz recordó con emoción su conexión con la niña que fue y profundizó en temas personales como la religión, admitiendo no ser religiosa pero disfrutar de filosofías como el taichí, una práctica que compara con una reflexión profunda que le aporta bienestar.
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