La Diputación ha llevado a cabo en Algatocín la última gala del evento "Mujer del Año", un reconocimiento dedicado a celebrar el esfuerzo y el impacto de mujeres que, desde sus respectivas localidades con menos de 20,000 habitantes, han realizado contribuciones significativas en sus comunidades. Este evento se enmarca dentro de las actividades organizadas por las Concejalías de Igualdad de los municipios, siendo una muestra del compromiso por visibilizar el trabajo de las mujeres en las áreas rurales.
Durante la gala, que fue presidida por la diputada de Igualdad, Servicios Sociales y Familias, María Dolores Vergara, se hizo un recuento de las cuatro galas comarcales que se celebraron en honor a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo. Estas se realizaron en Pizarra (6 de marzo), La Viñuela (15 de marzo), Villanueva del Trabuco (19 de marzo) y, por último, en Algatocín, en La Casa Sociocultural del municipio.
Las homenajeadas de esta edición fueron mujeres destacadas en sus respectivos campos, cada una con un importante legado de trabajo y compromiso social:
África Rodríguez Nieves, de Algatocín: Cofundadora del proyecto de permacultura Los Guindales, ha trabajado por la mejora de la vida de su comunidad a través de la recuperación de saberes campesinos. Su labor se refleja en proyectos sociales y en la promoción de hábitos saludables.
Ana Becerra Carrasco, de Cortes de la Frontera: Esta mujer rural ha roto barreras en el ámbito forestal, donde tradicionalmente los hombres dominan. A sus 62 años, continúa trabajando en la recolección y promoviendo la igualdad de género en su entorno.
Ana Belén Ruíz Rodríguez, de Benalauría: Con un sólido compromiso con el asociacionismo y la cooperación, ha impulsado múltiples iniciativas que ayudan a reactivar social y económicamente su localidad, enfocándose en la educación y el emprendimiento juvenil.
Ana Santos Santos, de Manilva: Con una vida dedicada al servicio comunitario, ha trabajado incansablemente en diversas iniciativas que han beneficiado a los colectivos más vulnerables, demostrando un profundo compromiso con la inclusión y la solidaridad.
Antonia del Rosario Mena Mateo, de Pujerra: Desde su juventud, ha trabajado sin descanso para mantener su pequeño negocio, mostrando una gran dedicación hacia su comunidad, ayudando a vecinos y contribuyendo a la economía local.
Antonia Morera Rojas, de Casares: Su trayectoria política y social es un ejemplo de lucha por la igualdad y los derechos de las mujeres. Ha sido un agente de cambio en su comunidad, fomentando el desarrollo social y cultural.
Concepción Medina Andrades, de Jubrique: A pesar de una vida laboral intensa y no reconocida oficialmente, ha mantenido una activa participación en su comunidad a través de su huerto, simbolizando la conexión entre tradición y sostenibilidad.
Inmaculada Pérez Pizarro, de Benarrabá: Como funcionaria y activista cultural, ha dedicado su vida a promover la igualdad de género y el bienestar social en su comunidad.
Isabel Carrasco Tirado, de Benahavís: Su historia personal, marcada por la superación y la solidaridad, resalta su labor en el ámbito sanitario, siendo un pilar fundamental para sus vecinos.
Isabel García Ríos, de Cartajima: Como oncóloga, ha contribuido al bienestar de su comunidad, participando activamente en campañas contra el cáncer y mostrando empatía hacia quienes atraviesan momentos difíciles.
María Cabrera Marín, de Arriate: Su historia en el mundo laboral es emblemática, habiendo rompido moldes en un puesto tradicionalmente masculino, destacando por su dedicación y compromiso con el servicio público.
Ramona Suárez Parellada, de Montejaque: Su labor a través de "La Posada del Fresno" ha sido clave para empoderar a las mujeres de su comunidad, convirtiéndose en un modelo de apoyo y consejería.
Rosa Mª García Sánchez, de Benadalid: Su trayectoria emprendedora se ha visto reflejada en múltiples facetas, desde la agricultura hasta el comercio local, donde ha sabido generar espacios de encuentro comunitario.
Mª Teresa Domínguez Medina, de Jimera de Líbar: Su labor como psicóloga y su compromiso con las mujeres maltratadas son un ejemplo de lucha y resiliencia, destacando la importancia del apoyo mutuo en la comunidad.
La gala no solo fue un homenaje, sino también un reflejo de la red de apoyo y reconocimiento que estas mujeres se dan entre sí, resaltando la importancia del empoderamiento femenino y del trabajo colectivo en el desarrollo de las comunidades rurales. Con cada una de estas historias se teje el relato de un presente y un futuro donde la igualdad y el respeto son pilares fundamentales para seguir construyendo.
Fuente: Diputación de Málaga.