La aldea de Ülken en Kazajistán será sede de una nueva central nuclear tras un referéndum en 2024 que reavivó el interés del país por la energía atómica, inexistente desde 1999. Este impulso refleja una tendencia global impulsada por la necesidad de fuentes de energía estables amid una creciente demanda electric, influenciada por la inteligencia artificial y la electrificación del transporte. Mientras que en Asia, especialmente China e India, se concentra la mayoría de los nuevos reactores, Europa y Estados Unidos también planean ampliar su capacidad nuclear. Sin embargo, la energía nuclear enfrenta críticas por el manejo de residuos radiactivos y los riesgos de accidentes. En España, el cierre escalonado de centrales ha sido cuestionado por empresas que buscan prorrogar su operación debido a la volatilidad energética y las demandas industriales. Expertos discuten la viabilidad de prolongar la vida de las nucleares para cumplir con metas de descarbonización, mientras países como Italia evalúan reintroducir esta energía con nuevos modelos de reactores modulares para reducir costos y dependencia de combustibles fósiles. El debate abarca también las implicaciones geopolíticas de la proliferación nuclear y la eficiencia de alternativas renovables.
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