En el emblemático barrio de La Latina, en Madrid, la Cava Baja es hoy un popular destino gastronómico, pero guarda un intrigante secreto histórico. Contrario a lo que sugiere el nombre, «cava» no alude al vino espumoso, sino a un foso defensivo que existía en la Edad Media. Este tramo, entre los números 10 y 20, formaba parte de la muralla que protegía la villa. Con el tiempo, el foso fue rellenado, pero su legado permanece en el nombre de la calle. Además, la Cava Baja era un punto de acceso secundario conocido como Puerta de Moros, convirtiéndose en un bullicioso centro de actividad para mercaderes y viajeros entre los siglos XV y XVI, destacando por sus famosos mesones como el Mesón de la Guitarra y la Posada del Dragón.
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