La región de Occitania en el sur de Francia, a menudo opacada por el atractivo de París, ofrece una experiencia única con sus ciudades y paisajes deslumbrantes. Un ejemplo es Aigues-Mortes, un pueblo fortificado de gran importancia histórica y singular belleza, rodeado por salinas rosadas. Fundado en el siglo XIII por el rey Luis IX como un puerto estratégico para el comercio y las cruzadas, Aigues-Mortes destaca por sus imponentes murallas y la Torre de Constancia. Además de sus monumentos medievales, las cercanas salinas en la zona de Camarga, con su peculiar colorido, son una atracción imprescindible. Aigues-Mortes, ubicada cerca de Montpellier y Marsella, es un destino ideal para explorar fuera de las rutas más transitadas.
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