Un operativo de la Ertzaintza antes del partido en Mendizorroza entre el Alavés y el Atlético de Madrid resultó en la identificación y expulsión de más de cien ultras del Atlético que vandalizaron bares cercanos al estadio. Los individuos, presuntamente del grupo Frente Atlético, se habían reunido para enfrentarse a radicales del Alavés. La policía incautó objetos como palos, guantes reforzados y pasamontañas. Tras los incidentes, los ultras fueron escoltados fuera de Vitoria y entregados a la Guardia Civil, enfrentando posibles sanciones según la Ley del Deporte.
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