La espada de Simón Bolívar, símbolo del pueblo colombiano y de la lucha por la libertad, fue robada en 1974 por el grupo guerrillero M-19 durante un acto violento en la Quinta de Bolívar. Posteriormente, cuando el M-19 se incorporó a la vida democrática, devolvió la espada en un gesto de respeto institucional en 1991. El presidente Gustavo Petro, en un acto simbólico, la desenvainó durante un evento proselitista en apoyo a una Consulta Popular, destacando que la espada pertenece a quienes respeten su legado. La figura de Bolívar, a menudo debatida, es presentada por algunos como un conservador debido a su deseo de institucionalizar los países que liberó, un aspecto que se contrasta con su imagen de libertador revolucionario. Su memoria sigue siendo un elemento que une a una nación dividida por la polarización política.
Leer noticia completa en El Pais.