El reciente descubrimiento de la NASA ha generado gran expectación en la comunidad científica, tras encontrar un planeta similar a la Tierra que podría redefinir nuestra percepción del universo. Identificado como Kepler-78b, este planeta, ubicado a 400 años luz en la constelación del Cisne, comparte características compositivas con la Tierra, al estar compuesto principalmente de roca y hierro. Sin embargo, su entorno es inhóspito para la vida humana, girando alrededor de su estrella en apenas 8,5 horas, lo que lo convierte en un planeta excesivamente caliente. Este hallazgo amplía nuestras expectativas sobre mundos habitables y subraya la importancia de los avances científicos en la comprensión del cosmos, mientras el planeta Tierra enfrenta retos ambientales que nos obligan a reflexionar sobre nuestro futuro.
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